Autor de varias obras y numerosos artículos publicados en periódicos y revistas locales, durante gran parte de su vida se dedicó a coleccionar documentos impresos y manuscritos y a guardar cuidadosamente sus propios apuntes y notas sobre diversos aspectos de la ciudad: arqueología, arte, historia, vida cotidiana, etc., con el objetivo de escribir una extensa historia sobre la Ciudad de Burgos, trabajo que le ocupaba cuando murió.
Su legado fue donado al Archivo. Se trata de una colección de manuscritos e impresos de variado contenido, la mayor parte de ellos son del siglo XIX. Son noticias de Burgos, arte, teatro, literatura, poesía, fácsímiles, bandos, programas, festejos, música, pliegos de cordel y hojas volanderas.
Al tratarse de una colección de documentos impresos y manuscritos no existe un único productor, destacando: Fray Gonzalo de Arriaga, Francisco Melcón y Marcos Palomar.
Estos documentos fueron recogidos por Leocadio Cantón Salazar, también autor de gran parte de los documentos manuscritos y noticias históricas y artísticas.
A la muerte de Leocadio Cantón Salazar sus documentos y libros pasaron a manos de su hermano Ernesto Cantón Salazar quien, mediante manda testamentaria, legó toda esta colección al municipio de Burgos.
Los documentos están catalogados y los originales se pueden consultar en el Archivo. La biblioteca se encuentra más dispersa. Algunas de estas obras forman parte de la Biblioteca Auxiliar del Archivo Municipal.