Transcurridos tres años desde que viéramos las fotografías de la colección Ad Gloriam Dei, repetimos experiencia con esta colección de imágenes que Ángel Herraiz ha titulado Humana cathedralis. Si la primera remesa, que fue objeto de una exposición itinerante por tres salas, y que alcanzó su culmen en el verano de 2021 en el Arco de Santa María, se nutría de imágenes del exterior de la catedral, en aquello que en su mayor parte denominamos “márgenes” del templo, esta segunda colección, fruto de la selección de 123 fotos de entre más de 4.000 imágenes, está compuesta de elementos que habitan el interior de la seo.
Al exterior de la catedral dedicó Ángel Herraiz su anterior exposición, bajando al suelo las extravagancias en piedra que desde la altura van de lo más sublime a lo inmundo. Las deformidades marginales, obra humana, más humana cathedralis que nunca, hechas ad gloriam Dei, se nos pusieron “a tiro”, para que disfrutáramos de ellas como novedades, pese a llevar siglos encaramadas a aleros, balaustradas y tejados.
Ahora hace lo propio con la multitud que puebla el interior, piedra y madera talladas, muchas veces policromadas, que se descuelga de arcos, bóvedas, retablos y paramentos, para bajar hasta el nivel de nuestros ojos gracias al objetivo del fotógrafo.
Ignacio González de Santiago