Las Marzas tienen lugar la última noche de febrero, y es el nombre que reciben unos cantos petitorios entonados por los mozos solteros de los pueblos, que preparaban grandes hogueras e iban de casa en casa solicitando un obsequio o aguinaldo a sus vecinos para celebrar una comida al día siguiente.
En la actualidad, sólo algunos pueblos de Castilla y de Cantabria han conservado la antiquísima tradición de cantar las Marzas en la última noche de febrero.
En la ciudad de Burgos, recuperó la costumbre de alabar y cantar a la primavera y al amor, el Grupo Tradicional Gavilla, que cada año se reúne en la Plaza Mayor al calor de una gran hoguera para entonar las 70 estrofas de que consta la ceremonia, interpretadas por dos grupos de hombres que se alternan en su canto.
Es tradicional comenzar pidiendo permiso al Alcalde y concluir repartiendo productos típicos entre los asistentes.
Además, el Comité de Folclore Ciudad de Burgos organiza un domingo de marzo el Festival de las Marzas, que congrega cada año a centenares de músicos y bailarines, integrantes de diversos grupos folclóricos de la ciudad. Estos, con sus cantos y bailes, nos ponen en contacto con una de las costumbres más ancestrales y arraigadas en la provincia burgalesa y presente en algunas otras áreas de la geografía castellana.