Desfilan juntos, contoneándose ella y con un elegante andar él, yendo acompañados de un “Pitero”, que con su pito y tamboril marca el ritmo de los graciosos bailes con los que animan los pasacalles del Corpus, Curpillos y las fiestas de San Lesmes y de San Pedro y San Pablo convirtiéndolos en unos de los personajes más entrañables de Burgos.
Él, cubre su cabeza con un ancho sombrero velludo y va vestido con camisa blanca, faja roja y larga capa parda que casi le llega a los tobillos. Además, en su mano derecha lleva una vara de fresno, que se interpreta como símbolo de autoridad, quizás queriendo representar a un alcalde de la sierra burgalesa. Ella, peinada con un moño, viste como una típica aldeana con jubón abierto, con cuello y manga de terciopelo, chambra blanca con falda de vuelo de colores pardos, delantal largo y pañuelo serrano sobre los hombros. Además va enjoyada con pendientes de bolas a juego con el collar del que pende una cruz.
Creados en 1899, un incendio los destruye en el año 1973 siendo recuperados más tarde por iniciativa del Ayuntamiento.
Para explicar su origen habría que remontarse al siglo XIII, cuando distintas figuras como las Tarascas y Tarasquillas, y más tardes las Gigantillas salían por delante de la procesión del Corpus.
Sus medidas: 2,40 metro de altura y 60 kg de peso
Materiales: Armazón de madera y cabeza de cartón piedra
Gigantones: Son cinco enormes parejas que representan a las distintas razas del mundo.
Nacieron casi al mismo tiempo que los Gigantillos, cuando el día del Corpus Christi acudían como si se tratase de una gran embajada diplomática, a rendir homenaje ante el Santísimo sacramento. Con el paso del tiempo ese grupo de parejas con misión protocolaria fue siendo cada vez más apreciada y demandada por el pueblo para participar en otros actos festivos.
Existe documentación que habla sobre ellos desde el siglo XVI, apareciendo descritos en 1738 como un grupo similar al actual, compuesto de: Rey e Reynas, Turco y Turca, Gitano y Gitana, Negro y Negra e Gigantillas.
En 1861 fueron renovadas las primitivas cabezas, con motivo de la visita a Burgos de la Reina Isabel II. En 1973, al igual que los Gigantillos se destruyeron en un incendio por lo que se hubieron de renovar.
En 1984, con motivo de la MC Aniversario de la ciudad de Burgos se construyen las nuevas figuras de El Cid y Doña Jimena.
Desfilan en hilera, solemnes e hieráticos, tras la pareja de Gigantillos, al ritmo que les marca su respectivo “Pitero”, con el siguiente orden: Reyes católicos, El Cid y Doña Jimena, Pareja Americana, Pareja Africana y Pareja Asiática, aunque solo realizan bailes las tres últimas parejas en la víspera del Corpus, el día del Corpus Christi, la fiesta del Curpillos, y durante las fiestas de las fiestas de San Pedro y San Pablo.
Sus danzas son lentas y ceremoniosas, exhibiendo reverencias los que bailan ante las figuras de los Reyes Católicos.
Sus medidas: Entre 3,76 y 4 m. de altura y entre 60 y 62 kg de peso.
Materiales: Armazón de aluminio y cabeza de cartón piedra.